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¿Cómo y Cuándo el Séptimo Día se Convirtió en Sabbat?

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¿Cómo y Cuándo el Séptimo Día se Convirtió en Sabbat?

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¿Cómo y Cuándo el Séptimo Día se Convirtió en Sabbat?

Jerusalem, Beit Habad Gallery Artist: Yael Portugheis

Translated by Luz Elena Covarrubias. For the English version, see:
How and When the Seventh Day Became Shabbat.
Parte 1

El Séptimo Día ¿De Qué? Contando desde el Jódesh (Novilunio)

La Forma más Antigua – Festividades Fijas pero Ciclos Individuales de Siete Días.

Nuestra previa discusión del “Sabbat de Plenilunio” nos reveló dos cosas:

Primero, los textos que son comúnmente identificados como más antiguos (por razones independientes) parecen reflejar un ciclo mensual de Jódesh- Sabbat que gira en torno de las antípodas del Novilunio y del Plenilunio. Estos textos nos sugieren que en algún momento del Israel pre-exilio se conmemoraba el Sabbat en Plenilunio.

Segundo, un estatuto de Éxodo 23:12, el cual concuerdan los escolares bíblicos, pertenece a un más antiguo (si no es que al más antiguo) código de leyes de la Torá, requiere a los terratenientes que cesen sus trabajos agrícolas cada siete días, de manera tal, que ofrezcan a aquellos que laboran para ellos un tiempo para recuperarse. El ciclo de descanso obligatorio del séptimo día, sin embargo, no tenía que iniciar o terminar en el mismo día en todos los hogares. Este día no era llamado Sabbat.

La convergencia de los Ciclos Semanales – Contando desde el Jódesh

No sería sorprendente si los ciclos de siete días de diferentes individuos y comunidades convergiesen con el tiempo. Esta convergencia se habría dado en parte por la necesidad de acordar un calendario común para asistir a las actividades mercantiles, organizacionales, y cultuales. Para las comunidades agrarias, el trabajo compartido y los ciclos de mercado son más prácticos, lo que habría motivado a las comunidades a mantener un ciclo común de siete días.

Otra razón para la convergencia podría haber sido la conveniencia calendárica. Imaginemos un mundo sin calendarios comunes. (Damos por sentado de tal manera nuestros calendarios, que resulta difícil imaginar un mundo sin ellos.) Celebrar festividades en el Novilunio (Jódesh) y en el Plenilunio (Sabbat) tiene sentido ya que son fáciles de seguir. Asumiendo que las personas estuvieran tratando de integrar la ley del descanso de siete-días en sus programas de actividades, ellos habrían optado primero por un ciclo existente.

Por tanto, la gente podría haber planeado tener su séptimo día coincidiendo con la celebración de festividades comunales y días sagrados, tales como el Novilunio (Jódesh) y el Plenilunio (Sabbat), por ejemplo, sus días de vacaciones. Si la cuenta inicia después del Novilunio, entonces el ciclo del séptimo día de descanso sería el día 8, 15, 22 y 29. El segundo día de descanso coincidiría con el Sabbat, y el último día sería, ya sea en el Jódesh o en el día anterior al Jódesh. [2]

Antes de irnos a la etapa final, cuando el ciclo universal de la semana de siete días se vuelve independiente del mes, sería conveniente dar un paso atrás y mirar la extraordinaria similitud entre lo que he descrito aquí y lo que encontramos en el ciclo mesopotámico.

Sabbat y šapattu: Festividad del Plenilunio

Al igual que el ciclo de descanso israelita que se menciona arriba, el calendario mesopotámico también contenía festividades de Novilunio y Plenilunio. El nombre de esta festividad de Plenilunio era el šapattu.La conexión entre este término y la festividad Hebrea del Sabbat, parece difícilmente coincidente.

Aunque no nos queda claro de dónde deriva la palabra Sabbat,[3] las más recientes investigaciones nos ofrecen un sólido argumento en cuanto a que, a pesar de opiniones contrarias, este término es una palabra tomada del šapattu acadio o šabattu,[4] (Las letras “b” y “p” son muy similares en pronunciación, y son frecuentemente intercambiables entre y dentro de los lenguajes semíticos.) Como se menciona arriba, el término acadio atestado desde los tiempos de la Antigua- Babilonia hasta la Nueva-Babilonia, se refiere a la festividad del Plenilunio celebrada el 15avo día de cada mes.

Un texto de la biblioteca de Asurbanipal de (685-627 AEC) llama a este día “El día para descansar el corazón” (ūm nu libbi). Enuma Elish, la épica de la creación babilónica, describe como Marduk nombró al dios lunar Nannar como la joya de la noche para fijar los días. El lugar de la periodicidad de los siete días del mes, se hace paralelo con el ciclo Israelita delineado arriba:

Brilla sobre las tierras al inicio del mes (arḫu),
Resplandeciente con cuernos por seis días.
En el 7mo día (sebutu) la corona estará a la mitad del tamaño,
En el 15to día (šap/battu), a mediados de cada mes, se pondrá en oposición.
Cuando Šamaš te [ve] en el horizonte,
Disminuye en las etapas apropiadas y brilla al revés.
En el 29no acércate a la senda de la Šamaš,
. [. . ] El día 30, párate en conjunción y rivaliza a Šamaš.”

Enuma Elish, Tablilla 5

Esta misma secuencia—con el primer día o Novilunio (arḫu, análogo al Hebreo yareach), séptimo día (sebutu, en Hebreo sheviʿi)y el quinceavo día (šapattu)—se encuentran en una cantidad de otros contextos mesopotámicos, que van desde el Poema Épico de Atraḫasis (I 206-207 y 221-222) hasta los documentos económicos. La celebración de estos tres días puede ser rastreada tan atrás como el periodo sargónico. (Sig. 22 AEC)

Esto nos ofrece un paralelo cercano al ciclo festivo tal y como era celebrado en Israel. El arḫutiene su paralelo en el Jódesh Israelita, y el šapattu con el Sabbat Israelita. Más aun, el hecho de que el séptimo día (sebutu) era también celebrado nos sirve como un tentador paralelo a lo arriba sugerido, a saber, que el conteo de siete-días pudiera haberse iniciado con una cuenta a partir de la celebración del Novilunio.

Parte 2

Sabbat en Respuesta a la Derrota – ¿Por qué el cambio?

Segunda Etapa de Convergencia – Ciclo Semanal Independiente

En algún punto y momento, el ciclo de siete días tomó vida propia y se volvió independiente del calendario del Jódesh-Sabbat. Por lo tanto, Israel desarrolló dos sistemas de tiempo que funcionaban independientemente de — e inclusive, compitiendo entre — sí; uno era lunar, y el otro estaba basado en periodos de siete días.[5] Sin embargo, no queda claro hasta qué punto todas las leyes concernientes al séptimo día en el Torá presuponen este periodo independiente semanal, o si es que funcionaba con un antiguo conteo basado en el Jódesh.[6]Siguiendo este cambio del conteo basado en el Jódesh, al ciclo independiente semanal, el descanso del séptimo día se fusionó con la fiesta (ahora-extinta) del Sabbat.

Para entender como el término de Sabbat vino a referirse al séptimo día de la semana, debemos considerar no sólo los factores que dieron forma a las sociedades de Israel y Judá por todo el tiempo que duraron sus reinos, sino también, a aquellos que desencadenaron la caída de estos reinos.

La Cesación y Reinvención del Sabbat

Inicialmente, la derrota podría haber significado la cesación del cumplimiento del Sabbat (= Plenilunio). Varias pistas dentro de la biblia, así como evidencias comparativas, nos muestran como ambas observancias de las fases lunares, la del Novilunio (rosh jódesh) y la del Plenilunio (Sabbat) estaban muy vinculadas tanto al Templo como al Estado.[7] La destrucción del reino por lo tanto significaba la cesación del Sabbat:

Yhwh se ha vuelto como un enemigo;
Él ha destruido a Israel;
ha destruido todos sus palacios,
dejado en ruinas sus fortalezas,
y multiplicó en la hija de Judá,
lutos y lamentos.
Dejó en ruinas su carpa como a un jardín,
y destruyó su Tabernáculo;
Yhwh ha abolido el festival y el Sabbat en Sion,
y en el ardor de Su ira ha rechazado a rey y a sacerdote.[8]

Lamentaciones. Eijá 2: 5-6

La visión del Templo en Ezequiel (Capítulos 40-48) le asigna al príncipe (ha-nasi)) los deberes de la quema de ofrendas, ofrendas de grano, y ofrendas de bebidas al igual que los festivales, los Novilunios, los Sabbats y todas las festividades designadas.[9]

Por otra parte, los festivales nacionales que presenciamos en la Torá y en los Profetas, son profundamente espaciales en su carácter. Ellos están íntimamente ligados a la tierra, sus temporadas, sus cosechas, sus comunidades agrarias, sus lugares sagrados, sus altares, y por último, su Templo. La conquista significó por lo tanto, una alteración radical de su calendario de festividades.

A fin que el Sabbat pudiera sobrevivir tal conquista, tuvo que ser reinventado.

¿Cómo se Re-inventó el Sabbat?

La transición de un Sabbat mensual a uno semanal pudo haber sido una transición prolongada, con ambos entendimientos compitiendo en muchas de las referencias bíblicas relativas al Sabbat.[10] Aun así, parece más probable que la transición diera inicio muy tardíamente en la historia de Israel. Esta realización nos lleva a muchos otros factores que deben haber sido considerados en nuestro rastreo del cambio dado de plenilunio a semana.

La Palabra Sabbat

Varios textos bíblicos nos presentan varios tipos de juegos de palabras sobre el nombre Sabbat, conectados al verbo sin relación probable, sh-b-t “(causar) el cese.” [11] Los primeros estatutos de Éxodo (ver arriba) culminaron con el verbo tishbot, “deberás cesar [de tus seis días de trabajo].” Estos estatutos originalmente no tenían nada que ver con el Sabbat, como vimos en la primera parte de este artículo. Pero el uso del verbo pudiera muy bien haber contribuido a la transición del Sabbat mensual a semanal.

Este hecho nos ayuda a apreciar el juego elíptico en la palabra Sabbat en Génesis 2: 2-3 (וַיִּשְׁבֹּת, כִּי בוֹשָׁבַת), un texto que en realidad nunca utiliza la palabra Sabbat sino más bien el término más antiguo, “Séptimo Día” [12] “(יום השביעי).”

Tal vez el juego de palabras simultáneo con tishbot y la evitación del propio nombre de Sabbat, implica que este texto fue escrito durante el período de transición en la que la idea de llamar al séptimo día Sabbat, aún pudiera haber sido motivo de controversia.

ūmū-lemnutū (Días Desfavorables)

Además de la evidencia bíblica acerca de los juegos de palabras, necesitamos considerar el rol de los días desfavorables en la cultura de Mesopotamia del primer milenio. Miembros de todos los sectores de la sociedad consultaban los libros calendáricos (similares a los horóscopos de hoy en día) que enlistaban días desfavorables para ciertas actividades. Iniciando en el periodo Neo-Asirio, los días más siniestros (ūmū-lemnutū) eran el 7mo, 14avo, 19no/21ro y 28avo. (Siendo que el 19no es extrañamente más frecuentemente mencionado que el 21ro.)

La introducción del ūmū-lemnutū dentro de la conciencia Israelita alrededor del tiempo del exilio podría haber funcionado en tándem con la ley bíblica del descanso cada siete días para solidificar el nuevo ciclo calendárico del día de asueto semanal. Cuando combinamos este punto con la observación arriba mencionada sobre el juego de palabras tishbot-Sabbat, podemos apreciar como varios factores externos contribuyeron a la transición del Sabbat desde una celebración de Plenilunio a un séptimo día de descanso independiente.

Resumen

La transición desde un Sabbat mensual a uno semanal, fue hecha bajo la influencia de la cultura mesopotámica. Esta influencia inició con las incursiones de los ejércitos Neo-Asirios y Neo-Babilónicos en el Levante meridional (en los siglos siete y seis), aunque un contacto más directo y sostenido con la cultura mesopotámica inició después de la conquista de Judá en el 587. Las sinergias que se produjeron por la interacción de Judea con estas culturas mesopotámicas reverberan a través de los escritos bíblicos finales de los cuales ellos fueran autores y redactaran.

Parte 3

El Sabbat de la Creación y el Berit Olam: De Cómo el Sabbat Llegó a Ser Tan Fundamental

Los textos Bíblicos del periodo post-exilio hacen del Sabbat (semanal) la institución más fundamental y primaria para el pueblo de Israel. Un pasaje del “Tercer L. de Isaías” (Capítulos 56-66) proclama que la fidelidad al Sabbat (“guardando fielmente mi alianza”) es la base para permitir a los extranjeros y a los eunucos entrar a la comunidad.[13] El texto (post-exilio) texto P de la Torá (Éxodo 31:16-17) declara que el Sabbat es un brit olam, un “pacto eterno.” El no guardarlo será castigado con la expulsión (karet) y la muerte.

¿Por qué llega a ser el Sabbat tan central para la identidad de la nación en este tiempo?

Una Torá para el Exilio

La Torá, en su forma transmitida, es concebida para las comunidades que ya están, o pronto estarán, exiliadas de sus tierras. Comunidades dispersas pueden observar el Sabbat semanal—similar a la circuncisión, las restricciones en sus dietas, y una serie de leyes similares.[14]

Sin embargo el Sabbat es la “súper-ley” de la Torá, una que triunfa sobre todas las otras en cuanto a la atención que se le da. Notemos, por ejemplo, como se destaca en una pieza literaria especial (piskah) que inicia con la parte de la Torá Vayakhel (Éxodo 35:1-3).[15] ¿Por qué figura tan prominentemente dentro de la Torá?

El Sabbat es distintivo porque tanto en el Judaísmo bíblico como el post-bíblico, el tiempo transciende al espacio. El Templo puede haber sido destruido y la soberanía nacional confiscada, pero el Sabbat sobrevivió. Los ciclos naturales del día, lunas, estaciones y años que fueron creados por el Dios de Israel, no fueron erradicados por el poder vencedor del alto-dios babilonio, Marduk. Por sobre todo, el ciclo innatural pactado de la semana de siete días persiste después de la derrota de la nación. Este es el mensaje de Génesis 1:1-2:3.

EL Sabbat en el Prólogo de la Torá

En contraste con el Novilunio y el Plenilunio (tanto como con los días, estaciones y años), el ciclo independiente no corresponde a ningún ciclo natural. Por esta razón, podría fácilmente convertirse en punto de contención entre comunidades rivales, ya que no hay forma objetiva de determinar cuándo es “realmente” el día séptimo, (un problema que el Sabbat no tenía cuando era una celebración de plenilunio.)

Imaginemos como sería el Judaísmo—o el mundo occidental para el caso—si no se hubiera llegado nunca a un consenso general acerca de la convergencia del Sabbat/ciclo semanal. ¿Cómo sería si Judíos de diversas comunidades—incluyendo caraítas, samaritanos, y etíopes—todos guardasen sus Sabbats en diferentes días? ¿Y si el Sabbat Askenazi fuese los miércoles para los sefarditas o yemenitas? (El mismo pensamiento puede experimentarse con los cristianos y los domingos.) Ni que decir tiene, que sería un desastre calendárico que destruiría cualquier posibilidad de cohesión a gran escala de la comunidad alrededor de la festividad. Esto es lo que estaba en juego cuando los autores sacerdotales estaban escribiendo.

Así pues, los autores sacerdotales del prólogo de la Torá (Génesis 1:1-2:3), que presuponen el cambio del Sabbat mensual al semanal, respondieron a este problema rastreando el ciclo de siete días hacia atrás hasta el inicio del tiempo. Estos autores estaban probablemente escribiendo, justo antes o ya después del exilio en el 587 A E C. Aun cuando no mencionan el Sabbat directamente (ver arriba), ellos juegan con esta palabra y presuponen su cambio hacia el ciclo semanal.

Cuando Dios diseñó el orden natural, Dios descansó de seis días de creatividad extenuante y santificó el séptimo día, iniciando un ritmo santo que no puede ser discernido en la naturaleza. Por lo tanto el Sabbat tenía que haber sido revelado a la nación en algún punto y momento de la historia, y es eso mismo lo que encontramos que sucede en la narrativa de la Torá.

La nación no tiene conocimiento sobre el Sabbat hasta que se le hace saber en Éxodo 16.[16]Pero fue este carácter no-natural lo que predestina la semana, terminando en Sabbat, a convertirse en una marca distintiva de identidad para el orden del pacto establecido únicamente con Israel. Debía ser revelado a la nación.

De manera similar a lo que ocurre con los relatos (tales como la historia del diluvio) y leyes (tales como la ley de la cornada de buey) que iniciaron como adaptaciones de instituciones mesopotámicas, el prólogo a la Torá (1:1-2:3) y las leyes relativas al Sabbat establecieron para Israel un mejor entendimiento del Sabbat. Estas leyes trazan sus inicios hasta el Dios de Israel, y le infunden un carácter distintivo que está en consonancia con los diversos principios teológicos y jurídicos que informan la Torá.

El Sabbat en Relación al Espacio y el Tiempo

A lo largo de la Torá, la posesión de la Tierra es aún una promesa en espera de ser cumplida, así como lo era para las comunidades que leían la Torá después de la destrucción del Primer Templo. Pero mientras tanto, uno podía observar la orden temporal especial del Sabbat semanal que el Dios de Israel estableció en la creación, revelado a la nación tan pronto como abandonaron Egipto (Éxodo 16), y que se expandió al hacer su recorrido hacia la Tierra Prometida.

El poeta nacional Israelita Hayim Naham Bialik comparó las leyes del Sabbat con grandes obras de arte y arquitectura. Lo que otros hicieron con piedras en el espacio, los Tanaim y Amoraim — y debemos añadir, los autores bíblicos que les precedieron — lo hicieron con palabras en el tiempo.[17]

En Resumen

Los Orígenes del Sabbat

Nuestra investigación ha revelado los siguientes puntos:

  1. El Sabbat originalmente era designado como Plenilunio, lo que explica porque es mencionada después del Novilunio en un número de textos bíblicos antiguos. El Plenilunio era celebrado por todo el Cercano Oriente, por lo que sería sorprendente si no fuera celebrado en los antiguos Israel y Judá.
  1. El número siete tenía significado especial en el antiguo Israel y sus vecinos en el antiguo Cercano Oriente. Muchos ritos y actividades simbólicos duraban siete días. Pero nos falta evidencia comparativa para calcular el tiempo de acuerdo a ciclos de siete días (semanales).
  1. Una ley más antigua en la Colección de la Alianza (Éxodo 23:12) requiere que los terratenientes ofrezcan un día de descanso a sus trabajadores humanos y animales cada siete días. La ley no se refiere al Sabbat. Tampoco requiere un acuerdo general de toda la comunidad en cuanto a esos siete días. Uno era simplemente requerido de contar siete días, similar a la cuenta de siete años por la manumisión del esclavo hebreo. (Éxodo 21:2).[18]
  1. A través del tiempo, los ciclos de labor individual tenderían a fusionarse. Antes de que tomaran vida propia, los siete días eran probablemente contados a partir del Novilunio (Rosh Jódesh).
  1. Varias pistas nos sugieren que el Sabbat mensual no se habría fusionado con los ritmos laborales de siete días a no ser por la influencia mesopotámica. Esta influencia se hizo sentir con las incursiones de los neo-asirios en el Levante meridional. Pero un contacto más sostenido y de manera más directa con la cultura mesopotámica dio inició después de los asaltos de los ejércitos de Babilonia en 597 y 587.
  1. Otros factores que pueden haber contribuido a la transición del Sabbat mensual al semanal están en el uso del verbo tishbot (“cesar”) en Éxodo 23:12 así como en las posibles polémicas en contra de la veneración lunar. Cualquiera que sea el caso, las tensiones entre las cuentas de tiempo semanales y mensuales, así como las muy diferentes concepciones del Sabbat (lo cultual versus lo ético: un tiempo sagrado o un día de descanso), tienen su origen en la consecuente transición.[19]
  1. Finalmente el Sabbat se remonta a la creación y se hizo totalmente independiente como sistema de cuenta de tiempo. Después de la reinvención del Sabbat a raíz de la destrucción del reino de Judá en el año 587 AEC, su observancia se convirtió en una de las señales de identidad primaria para el pueblo de Israel.

Published

April 27, 2015

|

Last Updated

October 24, 2024

Footnotes

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Prof. Jacob L. Wright is Professor of Hebrew Bible at Emory University’s Candler School of Theology. He holds a doctorate from Georg-August-Universität, Göttingen. Wright is the author of Why the Bible Began: An Alternative History of Scripture and Its Origins, which won the 2023 PROSE Award and was on the “best-of” lists for 2023 from The New Yorker and Publishers Weekly. He is author of several other award-winning books and the editor of many others.