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Jacob L. Wright

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Redactando la Relación en las Tribus de la Transjordania

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Redactando la Relación en las Tribus de la Transjordania

Consanguinidad versus Mandamientos

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Redactando la Relación en las Tribus de la Transjordania

The Israelites  encamped at the Jordan (Numbers 33: 48) Johan de Liefde. Museum Catharijneconvent

Translated by Luz Elena Covarrubias.
For the english version, see Redacting the Relationship to the Transjordanian Tribes
Abstracto: Números 32 consiste en una combinación de lo que originalmente fueran dos versiones separadas. En la redacción de la síntesis que originó la forma transmitida de este importante capítulo, los autores del Pentateuco redescubrieron un sentido básico que nos informa mucho del Torá y los profetas anteriores: La relación familiar tiene muchas limitaciones como principio unificador. En contraste, la ley puede transcender a las afiliaciones primordiales al tiempo que provee una base mucho más amplia desde la cual pueden las comunidades amalgamarse como una nación unificada. 

En Parashat Matot las tribus de Rubén y Gad, abordaron a Moisés con una petición. Ellos notaron que el país Transjordano de Jazer y Gilead proveía condiciones excelentes para la cría de ganado. Por alguna inexplicable razón, ellos ya habían acumulado más ganado que los otros, por lo que ellos solicitaron que el país fuera asignado a ellos (Num 32:1-5). Su petición enciende a Moisés y él los amonesta en gran medida (vv. 6-15). Aun así, una vez que escucha que están dispuestos a cruzar el Jordán y pelear por sus parientes Israelitas, él concuerda con su plan (vv. 16-32). El relato concluye con este líder asignando pues, territorios específicos a Gad, Rubén y a media tribu de Manasseh tanto como a Machir, Jair, y Nobah (vv. 33-42).

Colonizando los Territorios Transjordanos — una vez más.

El país que Rubén y Gad solicitaran, había sido ya colonizado: “Israel lo pasó por [Rey Sihon de los Amoritas] la espada, y tomó posesión de esa tierra desde Arnon hasta Jabbok. [….] Y Israel se asentó [wayyēšeb] en todos los territorios de los Amoritas, en Heshbón, y en todos sus poblados” (21:24-25).[1]El asentamiento se reporta así mismo en conexión con Jazer y sus poblados (v.35).

Después que el lector ha sido informado de que Israel estableció su residencia en estos pueblos y villas Transjordanos, el cap. 32 nos presenta con diversos problemas. Primero, no presupone que Israel se ha asentado ya en esta región. Segundo, solamente parte de Israel (solo dos o dos y media tribus de las doce que hay) desean establecerse en esta región. Tercero, su deseo de establecerse en esa área encoleriza a Moisés. Por el contrario, en el cap. 21, la colonización ya ha tenido lugar, el área no ha sido colonizada tan solo por un par de tribus, y Moisés no es muy explícito al mencionar su decisión de establecerse ahí).[2]

Un Nuevo Relato en Respuesta a las cuestiones Transjordanas.

Entonces, ¿cómo deberíamos considerar las contradicciones existentes en éstos capítulos? | mantengamos primero que los capítulos provienen de diversas fuentes, y segundo, que el capítulo 21 debe ser más antiguo que el capítulo 32. Los escolares han reconocido desde hace tiempo que el capítulo 32 es compuesto. Y que uno puede diseccionarlo de diversas maneras. Pero yo argumentaría que aun sus partes más antiguas han sido añadidas en tiempos relativamente tardíos. Los autores conscientemente contradicen el capítulo 21 porque necesitan abordar temas políticos que presentan las comunidades Transjordanas que afirman su pertenencia entre las gentes de Israel. Su nuevo relato, elimina toda duda acerca de que las comunidades Transjordanas merezcan ser identificadas como parte de Israel. Por otro lado, dos de las tribus de Israel, Rubén y Gad, buscan autorización para iniciar su establecimiento en este territorio porque está particularmente bien dotado para sus grandes rebaños de ganado. Al retratar una reacción hostil de Moisés ante la petición y la respuesta de Rubén y Gad que apacigua la ira de Moisés, los autores proveen a la población de Transjordania con una ocasión (literaria) de afirmación de la solidaridad con Israel. Esta es la razón por la cual en el capítulo 32 se encuentran tales extensos intercambios: Su prolijidad refleja el gran interés provocado por la cuestión de si las comunidades de la orilla izquierda del Jordán pertenecen realmente a Israel.

Pertenece entonces Gilead a Israel?

Map of Israel -tribesEl mapa que nos informa de la mayoría de los textos, tiene al Jordán como limítrofe de la tierra de Israel. En el libro de Deuteronomio, Moisés nos ofrece todos sus discursos, incluyendo los códigos de la ley, en anticipación al cruce del Jordán. Las órdenes divinas de salida con las que se inicia el libro, no incluyen las orillas orientales del Jordán al definir los límites de la tierra que fuese prometida a los ancestros y que Israel conquistaría. La amenaza de que Israel perecería de la tierra es notablemente confinada a los territorios occidentales. De igual manera, en el Libro de Joshua, el cruce ceremonial del Jordán se relata con gran detalle. Tan pronto como Israel establece su campamento en Gilgal, ellos construyen un monumento que conecta el límite del Jordán con la partición del Mar Rojo. Más tarde, ellos circuncidan a todos sus varones “retirando” de una vez por todas el reproche que habían venido cargando desde Egipto hasta este punto. Ya para entonces, el maná cesa, y ellos celebran las Pascuas.[3] Esta y muchas otras cosas ocurren en Canaan, no en los territorios de las tribus Transjordanas.[4]

Dos Versiones de Números 32

Con respecto a la composición de Números 32, un significativo número de repeticiones o “dobletes” atestigua la similitud y nos hace pensar que el capítulo está conformado de la síntesis de dos relatos independientes. Abajo he tomado el texto y con modificaciones mínimas, lo he separado en dos partes. La mitad con sangría ha sido preservada más fragmentada, pero aun así nos cuenta una historia coherente, y por ende no contiene únicamente suplementos del relato primario. La mitad sin sangría en letras “negritas” son lo que considero las más antiguas iteraciones del relato. Las adiciones a ambas líneas se marcan con itálicas.

El material con sangría tiene mucho en común con los textos sacerdotales y pudiera muy bien haber sido concebido por un documento Sacerdotal independiente. He designado al relato primero como “pre-Sacerdotal” Probablemente no pertenece a ninguno de los documentos convencionalmente demarcados como fuentes  (Yhwh-ista, Elhim-ista, Sacerdotal, etcétera). Yo sugiero más bien que ha sido compuesto como suplemento al material en el capítulo 21 y que originalmente se encontraba en proximidad directa  al mismo.[5] Este relato conciso, habría servido para explicar cómo los Hijos de Rubén y los de Gad vinieron a ocupar territorios de Sihon y de Og.

Composición de Números 32

1 Ahora los Hijos de Rubén y los de Gad poseen una gran cantidad de ganado. Cuando ellos vieron que la tierra de Jazer y la tierra de Gilead era un lugar ideal para la cría de ganado,

2 Los Hijos de Gad y los Hijos de Rubén vinieron y hablaron a Moisés, Eleazar el sacerdote y a los líderes de la congregación diciendo así: 3 “Ataroth, Dibon, Jazer, Nimrah, Hebon, Elealeh, Semam, Nebo y Beon  — 4 el país que Yhwh ha sometido ante la congregación de Israel  — es una tierra ganadera; y tus siervos tenemos ganado,” 5 Ellos dicen, “Si hemos encontrado favor en tu presencia, permite que esta tierra sea dada a tus siervos en posesión; no nos hagas cruzar el Jordán.”

Pero Moisés les dijo a los Hijos de Gad y a los Hijos de Rubén, “¿Deberán sus gentes (hermanos) ir a la guerra mientras ustedes se están/sientan aquí?” 7 ¿Por qué desaniman los corazones de los Israelitas de ir a la tierra que Yhwh les ha dado a ellos? 8 Sus antepasados hicieron esto, cuando los mandé desde Kadesh-bernea a ver la tierra. 9 Cuando ellos fueron hacia Wadi Eshcol y vieron la tierra, ellos desanimaron los corazones de los Israelitas de ir a la tierra que Yhwh les había dado. 10 La ira de Yhwh se encendió en ese día y el juró, diciendo, 11 “De seguro ninguna de las personas que vinieron desde Egipto, de veinte años o más verá la tierra que les he prometido dar a Abraham, a Isaac y a Jacob porque no me han seguido sin reservas – 12 ninguno excepto Caleb hijo de Jephunneh el Kenizita y Joshua hijo de Nun, ya que ellos si han seguido sin reservas a Yhwh” 13 y la ira de Yhwh se encendió en contra de Israel, y Él los hizo vagar por tierras áridas, y los hizo vagar por el desierto por cuarenta años , hasta que todas las generaciones que habían cometido iniquidades a los ojos de Yhwh habían desaparecido. 14 y ahora, ustedes, progenie de pecadores, ¡Se han erigido en el lugar de sus antepasados, para azuzar aún más la ira de Yhwh en contra de Israel! 15 Si se apartan de seguirlo a Él, Él de nuevo los abandonará en el desierto; y ustedes destruirán a todas estas gentes.”

16 [Ellos se le acercaron/Moisés y] ellos le dijeron, “Nosotros construiremos corrales para nuestras ovejas y poblados para nuestros pequeños, 17 Pero en lo que respecta a nosotros, nos alzaremos en armas en la avanzada/vanguardia de los hijos de Israel, hasta que los llevemos a su lugar. Nuestras crías se estarán en los poblados fortificados por causa de los habitantes de la tierra. 18 Aun así, no regresaremos a nuestros hogares hasta que todos los Israelitas hayan recibido su heredad.19 No recibiremos en herencia junto a ellos en el otro lado del Jordán y más allá, porque nuestra herencia vendrá a nosotros en esta orilla del Jordán al levante.”20 Moisés le dijo: “Si ustedes hacen esto,”

Si se levantan en armas y marchan en guerra a la avanzada/vanguardia de Yhwh, 21 y todos ustedes que llevan armas cruzan el Jordán en la avanzada/vanguardia de Yhwh, hasta que Él haya apartado a sus enemigos lejos de Él 22 y la tierra se conquiste delante de Yhwh 

entonces, después de esto, podrán regresar y ser libres de toda obligación [hacia Yhwh ¿y?] a Israel,

entonces esta tierra se les dará en posesión delante de Yhwh.
23 Pero si no hacen esto, habrán pecado en contra de Yhwh. – asegúrense que su pecado no los encuentre.

24 Construyan pueblos para sus pequeños, y corrales para sus ovejas; pero hagan lo que han prometido.”

[25 Entonces los Hijos de Gad y los Hijos de Rubén dijeron a Moisés, “Tus siervos harán tal y como lo ha ordenado mi Señor. 26 Nuestros pequeños, nuestras esposas y rebaños permanecerán aquí en los pueblos de Gilead. 27 Pero tus siervos cruzarán al otro lado, armados para la guerra, para hacer batalla en el nombre de Yhwh, según lo ordena mi Señor.”] [6] 28 Moisés le dio el comando, encargándolos a Eleazar el sacerdote, a Joshua hijo de Nun, y a los cabezas de las casas ancestrales de entre las tribus Israelitas. 29 y Moisés les dijo, “Si los Hijos de Gad y los Hijos de Rubén, cada uno con sus armas de batalla, en la avanzada/vanguardia de Yhwh, cruzan el Jordán contigo y la tierra se somete ante ti, entonces, tu les habrás de dar la tierra de Gilead por posesión; 30 pero si ellos no cruzan contigo armados, ellos tendrán posesión entre ustedes en la tierra de Canaan”

31 Los Hijos de Gad y los Hijos de Rubén respondieron, “Tal y como Yhwh a dicho a sus siervos, será hecho por nosotros. 32 Cruzaremos armados dentro de la tierra de Canaan en la avanzada/vanguardia de Yhwh, pero la posesión de nuestra heredad permanecerá con nosotros en este lado del Jordán.”

33 Entonces Moisés les concedió a ellos – a los Hijos de Gad y a los Hijos de Rubén y a media tribu de Manasseh hijo de Joseph – el reino del Rey Sihon de los Amoritas y del reino del Rey Og de Bashan, la tierra y sus poblados, con los territorios de los pueblos de los alrededores.

34 Y los Hijos de Gad reconstruyeron Dibon, Ataroth, Aroer, 35 Atroth-shophan, Jazer, Jogbehah, 36 Beth-nimrah, y Bet-haran, las ciudades fortificadas y los corrales para ovejas. 37 Y los Hijos de Rubén reconstruyeron Hesbon, Elealeh, Kiriathaim, 38 Nebo, y Baal-meon (algunos nombres han sido combiados), y Sibmah; y ellos dieron nombres a los poblados que habían reconstruido.

39 Los descendientes de Machir hijo de Manasseh fueron a Gilead, capturaron y despojaron a los Amoritas que estaban ahí;40 entonces Moisés dio Gilead a Machir hijo de Manasseh, y se estableció ahí. 41 Jair, el hijo de Manasseh, fue a acapturar a los pobladores y los renombró como Havvoth-jair. 42 Y Nobah fue a la captura de Kenath y sus pobladores y los renombró como los Nobah, como él mismo.[7]   

En vista de que los dos relatos se superponen uno al otro en tantos respectos, es muy improbable que se hayan originado independientemente uno del otro, tal y como algunos escolares mantienen. Es más probable que la versión Sacerdotal haya sido compuesta como una alternativa a los relatos antiguos, anticipando el fenómeno de la “Re-escritura de la Biblia” en el periodo Greco-Romano.[8]

Comparando las Versiones

Ambas versiones inician con las tribus de Rubén y de Gad expresando su deseo de establecerse en la Transjordania. Pero en lo que he identificado como el relato pre-Sacerdotal, estas dos tribus, ambas se ofrecieron voluntariamente a pelear como avanzada/vanguardia por los Israelitas. Ellos dejarían a sus hijos y ganado en casa mientras cruzaban el Jordán para servir como avanzada de los Israelitas durante la campaña de Canaan. En la versión sacerdotal, por otro lado, las tribus pidieron no ser enviadas a cruzar el Jordán y tampoco dijeron nada de servir de avanzada para Israel. Su petición enfurece a Moisés y el los amonesta de gran manera. La versión sacerdotal cambia inteligentemente la versión sacerdotal de forma tal que sigue la intención de formular una polémica en contra de las comunidades Transjordanas. Los autores no podrían fácilmente eliminar los textos anteriores que muestran a dos (y media) tribus contribuyendo en la Conquista de Canaan. Pero lo que si hacen es afirmar que esas tribus inicialmente no querían cruzar el Jordán para poder tomar parte en la campaña. Que finalmente acuerdan en participar, de acuerdo a esta versión, tan solo porque Moisés les revela lo erróneo de sus caminos. De este modo, la versión Sacerdotal transforma el relato antiguo. Lo que originalmente fuese un ofrecimiento de las tribus de ir a pelear como avanzada para Israel, ahora inicia en una orden comandada por Moisés y termina con un pacto obligando a la participación de las dos tribus (vv. 28-32).

De manera similar, la versión pre-Sacerdotal  de Números 32 difiere de la edición sacerdotal con respecto a las motivaciones para la lucha. La anterior enfatiza la fraternidad/hermandad. Los Hijos de Rubén y los Hijos de Gad juran dejar sus rebaños, hijos y mujeres atrás de forma tal que puedan colectivamente cruzar el Jordán armados para la batalla en la avanzada/vanguardia “de los Israelitas.”[9] Los corrales, las casas y poblados de Jazer y de Gilead están ya construidos. Las tribus del margen oriental por lo tanto no tienen los ojos puestos en tierras y casas que irían a poseer por vía de la Conquista Cananita.  En lugar de un incentivo material, ellos arriesgan sus vidas por, ni más ni menos que los camaradas Cisjordanos, quienes no tienen aún propiedad alguna ni casas de su propiedad.[10]

Cuando ellos prestan sus servicios en campaña, en Canaan, las tribus orientales no necesitan preocuparse de amenaza alguna de ser objeto de castigos corporales ni de duras penalidades, los mecanismos comunes de conscripciones en el antiguo Cercano Oriente.[11]  Aún en Joshua 1, donde la pena de muerte es amenaza para cualquiera que evite el “Servicio Militar” no son los oficiales de las tropas los que decretan el juicio sino los miembros de las tribus Transjordanas que, hablan por sí mismos.[12]

Al formular este asalto polémico en las tribus Transjordanias, el relato sacerdotal reconfigura la tarea militar. En la versión pre-Sacerdotal, las tribus ofrecen pelear en la avanzada de Israel (lit. “Delante de la presencia de Israel”) y nunca mencionan a Yhwh. En contraste, la versión sacerdotal repetidamente enfatiza que las tribus han de levantarse en armas y pelear en la avanzada por Yhwh, no por Israel.[13] Esta versión usa la expresión de “marchar en la avanzada/vanguardia” para presentar el servicio militar no como un gesto de fraternal solidaridad sino como un acto de obediencia hacia Yhwh. La deidad asume ahora una posición delante de los compañeros Israelitas. Este punto queda bien destacado en (32:20, 21, 22, 29, 31).

Al mantenernos con esta transformación de lo que originalmente era el ofrecimiento de las tribus a una orden y deber hacia la deidad, los hijos de Gad y los hijos de Rubén marchan al lado de las tribus Cisjordanas y pelean por Yhwh. (vv. 27, 29, 30). La Campaña Cisjordana se convierte por este medio en la guerra de Yhwh. La participación se convierte menos en guerra y más en el servicio a una orden más alta al mismo tiempo que a un cumplimiento de un mandamiento de Yhwh y su representante Moisés. (vv. 25,31). En medida que la guerra es de Yhwh, el tratar de salir de este compromiso se convierte en un “pecado” en contra de la deidad (vv. 6- 15, 23).

El Batallón de Avanzada

Queda enfatizada en la versión pre-Sacerdotal de Números 32, tanto como en Deuteronomio 3 y en Joshua 1, la promesa de las tribus Transjordanas de liderar el camino a la batalla. Ellas se posicionarán en los lugares más peligrosos en el campo de batalla: “Pero en lo que respecta a nosotros, marcharemos como tropas de choque en la avanzada/vanguardia de los Israelitas hasta que los hayamos llevado a tomar posesión de su lugar” [14] El batallón de avanzada, convencionalmente consiste en los elementos más hábiles, valientes, determinados y leales de todas las unidades en el ejército.

En muchos ejércitos antiguos de Asia occidental, los líderes fueron llamados Akkadian ālik pani, lit. “aquel que va al frente” El título pudo haber sido asumido por el rey y/o alguna deidad (frecuentemente en nombre personal), manteniéndose con el singular valor marcial atribuido al líder humano o divino de la guerra. Al usarse colectivamente por una unidad, el término se refiere a un “guardián de avanzada” (o “avant-garde”) del ejército. Por otro lado, se esperaba de los reyes vasallos y sus tropas que tomaran dichas posiciones en el frente como una forma de demostrar su disposición a morir por el soberano, y se respetaran así las estipulaciones de varios tratados vasallos (por ejemplo VTE 4.51). [15]

De Diplomacia del Estado a Pertenencia Nacional

Los temas de fraternidad y contribuciones en los tiempos de guerra, se asocian como mano al guante a través de una larga historia de discurso socio político que se extiende desde la antigüedad hasta el tiempo contemporáneo. Términos de fraternidad y parentesco pertenecen a la lengua vernácula de la antigua diplomacia internacional. Una de las características más consistentes en la tradición de los tratados Akkadianos es la expectación de que uno participe en los esfuerzos de guerra de un socio y se una a la coalición así como a la defensa uno del otro.  Los tratados y correspondencias oficiales están bañados con la retórica de la “hermandad” (aḫḫūtu) además de la “estrecha amistad” (rā’īmūtu). [16]

Por lo tanto, la fraternidad entre dos sistemas de gobierno/pueblos trae consigo obligaciones y un imperativo moral, tal como se da dentro de una comunidad política, como se observa en Números 32 y textos afines. La obligación difiere solo en grado, no en calidad. En ambos casos, se entiende que se derivan de un parentesco que precede por mucho al momento en el que se solicita la contribución o se llama a la acción. La ratificación de Tratados Internacionales en el mundo antiguo era frecuentemente acompañada por rituales de sangre, comensalía y matrimonios que de otra forma caracteriza los lazos familiares/nacionales. Las ramificaciones de largo alcance de dichos tratados basados en el parentesco y los lazos políticos y étnicos explican la ansiedad de algunos autores bíblicos con respecto a establecer alianzas entre Israel y otros pueblos.

Sin embargo, existe una diferencia notable: Nuestros textos no conciernen a la diplomacia entre los pueblos; En lugar de eso, ellos subsumen la jerga diplomática estándar para su proyecto nacional. Su interés es fomentar una comunidad política – un sentido de pertenencia y de ser pueblo – que pueda soportar la pérdida de estadidad. Los actores dejan de ser mandatarios y representantes del estado para dar lugar a grupos y comunidades dentro de una nación.

En el caso de Números 32 son dos tribus las que procuran al líder de Israel. Sus negociaciones conllevan sin embargo una calidad legítima y oficial. El acuerdo se ratifica con declaratorias formales (ejemplo, “Tus siervos seguirán el mandato de mi Señor” en 32:25), y después Moisés proclama un decreto en el sacerdote Eleazar, Joshua y los representativos de las tribus, que es de nuevo aceptado formalmente por Rubén y Gad (32:28 – 32). Todos los otros textos relativos se refieren al acuerdo como una obligación contractual, y más tarde Joshua dispensa (exenta) a los guerreros para que regresen a casa. (Joshua 22:1-9). Muchos otros detalles conllevan el contexto oficial. Así pues Moisés usa el término nāqî (v. 22), un término técnico que significa “exento,” usado en contextos del servicio militar o conscripción civil, (ejemplo: Deut. 24:5 y Reyes 15:22).

El Significado de Relatos Combinados

La versión transmitida del relato sintetiza la versión pre-Sacerdotal y Sacerdotal de ambos relatos. Los redactores llegan a un compromiso entre las dos muy diferentes actitudes acerca de los Transjordanos en sus respectivas fuentes. Su edición renovada presenta a Moisés como alguien que sigue la versión Sacerdotal, reprendiendo severamente a ambas tribus por su renuencia a cruzar el Jordán y tomar parte en la campaña Canaanita. Aun así esta edición también permite a las tribus repudiar duramente la acusación de Moisés al volverse voluntarios, sin antecedentes de presión alguna, para servir como tropa de choque en la vanguardia delante de Israel, quedando esto, como se relata en la versión más antigua pre-Sacerdotal. Moisés acoge la sugerencia de Rubén y Gad, y el pacto (vv. 28-32, parte de la versión Sacerdotal) resulta en un mero seguimiento formal al acuerdo precedente. La síntesis logra más que un balance entre las opiniones competitivas de los Transjordanos. Fusiona los dos temas en ambas versiones: Fraternidad Nacional y Fidelidad a la Ley. La solidaridad fraternal figura prominentemente en la versión pre-Sacerdotal. En la versión Sacerdotal, por otro lado, los Transjordanos no pelean por el bienestar y prosperidad de los camaradas de Cisjordania; su participación es, en lugar de eso, en primer lugar obediencia al mandato de Moisés.

Mientras los redactores entretejen ambas versiones, la obediencia a la ley viene a suplementar más que a suplantar, la solidaridad fraternal como ya lo ha hecho en textos del Deuteronomio (Deut 3:18-20; Joshua 1:12-15, 22: 1-9). El lector de esta narrativa deberá ahora concluir que lo que hace un pueblo a Israel es el parentesco, mientras que lo que lo unifica como nación y garantiza su longevidad en la tierra es su fidelidad a los mandamientos divinos.[17]

 En la síntesis de la redacción de las dos versiones, los autores del Pentateuco redescubren las percepciones básicas que informan mucho sobre la Torá y los Profetas Anteriores: El parentesco tiene muchas limitaciones como principio unificador. En contraste, la ley puede transcender sus afiliaciones primordiales al proveernos con un fundamento más amplio en el cual las comunidades se funden en una nación unificada.

En el tiempo en el que Israel se estaba reconstituyendo como pueblo viviendo fuera de la hegemonía de un imperio extranjero, ya no cabía la oportunidad de levantarse en armas por su fratria. La lealtad al Torá y el seguimiento de los divinos mandatos (mandamientos) tomaría el lugar de las contribuciones propias de los tiempos de guerra como la manera en que la comunidad demostraría su pertenencia y su participación en la vida nacional.[18] Los autores bíblicos abordan los temas relacionados con las comunidades Transjordanas, conmemorando sus servicios en el frente de batalla: Su narrativa nos muestra un pueblo peleando por sus parientes Cisjordanos siguiendo un mandamiento de Moisés.

Published

July 16, 2014

|

Last Updated

April 11, 2024

Footnotes

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Prof. Jacob L. Wright is Associate Professor of Hebrew Bible at Emory University’s Candler School of Theology and the Director of Graduate Studies in Emory’s Tam Institute of Jewish Studies. His doctorate is from Georg-August-Universität, Göttingen. He is the author of Rebuilding Identity: The Nehemiah Memoir and its Earliest Readers (which won a Templeton prize) and David, King of Israel, and Caleb in Biblical Memory.